La detección temprana de este tipo de cáncer es fundamental para mejorar las perspectivas de vida en pacientes.
Cada 15 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Linfoma, fecha que nos invita a informarnos y reflexionar acerca de este tipo de cáncer, reconociendo su sintomatología y de así tener un diagnóstico precoz.
Así lo explicó la jefa del Servicio de Hematología del Hospital Dr. Franco Ravera Zunino (HFRZ), la hematóloga Dra. Carmen Gloria Vergara, indicando que “los linfomas son cánceres que afectan el sistema linfático, son enfermedades raras y la mayoría son curables con un tratamiento oportuno y adecuado. Se caracterizan habitualmente por presentarse como un crecimiento de un ganglio, pero la mayoría pueden afectar prácticamente cualquier órgano, son cánceres que no tienen un componente hereditario y uno debería sospechar cuando aparece un ganglio que crece y que no se achica de forma espontánea después de un mes”.
Los principales son los linfomas Hodgkin y los no Hodgkin, y dentro de los linfomas no Hodgkin hay más de 40 tipos y cada uno tiene diferente tratamiento y pronóstico, pero con la consulta médica oportuna la mayoría es curable. Dentro de la sintomatología la profesional agregó que “en algunos casos puede haber también otras molestias como, por ejemplo, baja de peso, sudoración, fiebre, decaimiento, pero lo más característico es un aumento de tamaño de un ganglio que persista por más de un mes, ahí uno ya debería poner atención y consultar a un médico para estudio”.
Respecto al diagnóstico, la hematóloga explica que una vez que se ha evaluado, si es que la sospecha es alta, el paciente debería derivarse a cirugía para biopsia. Este tipo de cáncer no se puede prevenir ya que no tiene un componente asociado a factores ambientales y tampoco genéticos. Sin embargo, es esencial sobre todo llevar una vida saludable, evitar los alimentos procesados, hacer ejercicio y evitar el tabaquismo.
La profesional médico hizo un fuerte llamado a la población “como con cualquier tipo de cáncer, el llamado a la comunidad es que, si presenta un ganglio que está con aumento de tamaño, que persista por más de un mes, debe consultar a un médico. Puede ser a un médico general, que dependiendo de si la sospecha está fundamentada o no, tiene que derivar a biopsia ganglionar”.
Cabe destacar que el tratamiento dependerá del tipo y de la gravedad del linfoma. El tratamiento puede comprender sesiones de quimioterapia, medicamentos de inmunoterapia, radioterapia, o ya sea un trasplante de médula ósea, en caso que lo amerite.