Por: Jorge González Vera, Docente del Área Salud CFT Santo Tomás Rancagua
"Profe, yo y el computador somos enemigos” o “¿Puedo hacer el trabajo en hoja de cuadernillo?" son frases que he escuchado de algunos de mis alumnos como docente de Santo Tomás. Es una manera de evidenciar los desafíos que nacen en personas del segmento adulto medio al retomar los estudios. Se generan brechas que impiden su avance con normalidad frente a aulas virtuales o trabajos que involucren manejo de la computación o herramientas tecnológicas.
Esto nos hace pensar qué tan distante es la educación como un eje de movilidad social y las barreras que tienen las personas para desarrollarse. Merriam y Brockett en el año 2007 señalaban que “todas las definiciones de educación de adultos normalmente incluyen referencias a dos elementos: i) al estatus «adulto» de los estudiantes, y ii) a la noción de que este campo abarca actividades de carácter planificado”.
Los cambios en la sociedad son continuos y van demasiado rápido. En los centros educacionales, los docentes deben ir adaptándose también a la nueva forma de enseñanza y a la incorporación de personas adultas que trabajan, estudian y son padres de familia. Ellos buscan aprender lo que sienten que es útil para su vida, ya que han aprendido lo necesario para desenvolverse en un trabajo y mantener un hogar.
Los programas flexibles y online son adaptaciones de la educación en diferentes carreras para aquellas personas que hoy trabajan y estudian. Esto, debe ir de la mano de un apoyo continuo frente al aprendizaje significativo que debe tener el alumno, ya sea con clases sincrónicas o asincrónicas, foros de investigación y forma interactiva. No podemos dar certeza de que un aprendizaje sea más eficaz que otro, incluso hay controversias como hace referencia el libro “Teorías del aprendizaje” (1997) de Dale H. Shunk, orientado al quehacer del adulto medio, generando nuevos conocimientos de la mano de su profesor, como un guía.
El uso de una página web o plataformas de mensajería como WhatsApp puede ser fundamental en este acompañamiento del aprendizaje del adulto medio de forma continua. Por ejemplo, en una investigación, cuando nace una duda, ésta podría ser resuelta en una conversación con su profesor vía redes sociales. Al ser resuelta de manera más inmediata, genera mayor entendimiento del fenómeno u evento que causó la inquietud, ya que podrá resolver y entender cómo ocurrió en el quehacer diario.
Aquí podemos incluir a las redes sociales en lo aprendido, enseñando a los adultos medios el uso de éstas para su beneficio. Instagram, Tiktok e incluso WhatsApp ya son usados por ellos, sólo queda en los docentes orientar esta tecnología para conseguir logros de aprendizaje para nuestros alumnos, adaptándonos así a las nuevas realidades de estos tiempos.
