Una de las principales formas para llevar esta condición es la constante rehabilitación, por lo que la kinesiología resulta relevante para poder tener una mejor calidad de vida y mayor funcionamiento. El académico de la Facultad de Ciencias de la Rehabilitación de la UNAB Juan Ignacio de la Fuentes Astroza, así lo confirma.
La artritis reumatoide es una condición autoinmune crónica que afecta las articulaciones, ocasionando dolor, rigidez y limitación en la actividad, lo que impacta de forma directa en la calidad de vida de quienes la presentan. De esta manera la rehabilitación kinesiológica resulta muy importante para quienes tienen la enfermedad, ya que es fundamental para continuar con la vida y movimientos, casi normal.
Juan Ignacio de la Fuente Astroza, académico de la Facultad de Ciencias de la Rehabilitación de la Universidad Andrés Bello, indica que el tratamiento para estos pacientes busca principalmente reducir el dolor, controlar la inflamación y mantener o mejorar el rango de movimiento articular y fortalecer la musculatura de forma íntegra.
“Se busca incrementar la resistencia cardiovascular, contribuyendo así a una mejor condición física general. Estos objetivos no solo permiten a los pacientes realizar actividades cotidianas como tomar objetos, levantarse o subir escaleras, sino que también promueven una mayor participación en situaciones de la vida diaria, adaptándose a las necesidades individuales de cada persona”, explica el académico.
Los ejercicios más recomendados
Según el especialista, los ejercicios dinámicos de fuerza y resistencia muscular, el ejercicio aeróbico de bajo impacto y los ejercicios en agua, resultan más efectivos para mejorar la movilidad y reducir el dolor. "La evidencia actual sugiere que los ejercicios en el agua y los de bajo impacto, junto con prácticas de mente-cuerpo como el Tai Chi y el Yoga, pueden aliviar el dolor al considerar el modelo biopsicosocial que influye en esta condición", explica de la Fuente.
Cabe indicar que la rehabilitación también colabora para mitigar algunas limitaciones y “se ha demostrado que el ejercicio terapéutico disminuye la presencia de células proinflamatorias y regula la expresión de genes implicados en la inflamación, lo que ayuda a reducir el daño articular y mejora el funcionamiento global del paciente”, cuenta el académico.
La predisposición genética
A pesar los esfuerzos y la constancia en tratamientos, no siempre resulta del todo efectivo el proceso de rehabilitación, ya que puede variar debido a múltiples factores biopsicosociales.
“La predisposición genética, los factores hormonales y neuroendocrinos, así como la presencia de comorbilidades, pueden influir significativamente. El tabaquismo, la calidad del microbiota intestinal y la dieta, así como factores socioeconómicos y ambientales, también pueden afectar la evolución de la enfermedad y la respuesta a las intervenciones kinesiológicas", agrega el docente.