1972 - 2023
No recuerdo el día, no recuerdo la hora, solo sé decir que fue a la edad de 8 años, días después de un año nuevo; era casi mediodía, de un sol abrasador en el valle. Estaba yo sentado bajo el umbral de nuestra casa de madera, divagando en ideas y sueños como era de costumbre. Fue ese día, cuando precisamente llegó la poesía. Rememoro que la dibujé en una caja de cartón, por lápiz tuve un tizón y por lectora a mamá.
Temeroso le llevé mi escrito, se lo presenté. Sus ojos negros curioseaban como dos luciérnagas sorprendidas, sus manos jabonosas mojaron el viejo cartón, para luego deslizarlo sobre mis dedillos tiznados. Me miró con rostro neutro y preguntó: ¿quién te lo hizo? Yooo, yoo respondí vivazmente, nuevamente vi su rostro neutro, bajo la cara y continuó lavando. Silencio profundo. Del cartón nunca más supe, el tizón lo terminé haciendo unos garabatos en unas piedras, y fue así como me inicié con la poesía y la crítica.
Desde ese episodio, ya han paso 50 años, 50 años junto a la poesía, 50 años gritando y convenciendo con esta poesía, tan Meriñesca, tan rural y campesina, 50 años que los celebro junto a usted.