El día martes 20 de diciembre a las 11.00 hrs. Babieca Ediciones y el Colegio de Ingenieros de Chile A. G. presentó el libro que honra a 27 Premios Nacionales de Ingeniería, premio instituido en 1992, siendo su primer homenajeado el Ingeniero Raúl Sáez Sáez. En el prefacio, Carta Colegio Ingenieros de Chile, Raúl Alcaíno Lihn, Presidente del Colegio de Ingenieros e inspirador de la obra, señala que las naciones deben ser como los árboles centenarios de raíces profundas que en sus anillos registran la historia de sus vidas.
El acto tuvo lugar en el Edificio Colegio de Ingenieros en avenida Santa María, ante una audiencia de un centenar de personas, entre Premios Nacionales, familiares y público en general. La delegación de San Fernando estuvo compuesta por Germán Urrutia Ruz, Faustino Marañón Lira y Diego Jove Bascuñán, Ingenieros, y Cecilia Bascuñán Farías, dueña de casa.
Bárbara Vicuña Balaresque, Directora de Babieca Ediciones, realizó la presentación de esta auténtica joya que registra la vida y obra de estos casi desconocidos héroes que han puesto la Ingeniería Nacional en un nivel mundial, como es el caso de la Estructural y la Minera. Juan Carlos Sáez, hijo del primer Premio Nacional de Ingeniería 1992, destacó la vida y obra de su padre, realizó un emotivo recuerdo de lo que fue la denominada “Operación Riñihue”, hecho acaecido para el terremoto de Valdivia, 1960, el más grande registrado de la sismología mundial, donde el esfuerzo mancomunado, desde paleros a ingenieros, salvó la ciudad de la tragedia, e hizo hincapié en la importancia que una nación conserve su memoria histórica.
Gloria Hutt Hesse, Premio Nacional 2022, sugirió, a su vez, que “poner más ingeniería le haría bien a la política”. Doce páginas de la obra están dedicadas al Premio Nacional de Ingeniería 2004, Santiago Astraín Castro, exalumno del Liceo de Hombres de San Fernando, hoy Liceo Neandro Schilling, el Ingeniero de la Aldea Global, quien “convirtió la ciencia ficción en realidad”.
Fotografías memorables como la de Don Santiago junto al mundialmente conocido escritor inglés Arthur C. Clarke, en honor a quien la Órbita Geoestacionaria se conoce con el nombre de “Órbita de Clarke”, exponiendo en la ONU o inaugurando la Estación de Comunicación Satelital de Longovilo, que nos permitió ver el alunizaje del Apolo XI antes que Europa, ilustran el texto.
Nuestros agradecimientos a Bárbara Vicuña y Soledad Miranda, de Babieca Ediciones, por habernos hecho partícipes de este magno y señero acontecimiento.
Centro de Estudios San Fernando
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