A la iniciativa impulsada por el alcalde Juan Ramón Godoy postularon más de 80 artistas, cuyas obras fueron evaluadas por la Comisión de Expertos. Solo 23 propuestas pasaron a la siguiente etapa, con el fin de integrar la muestra del certamen. Dentro de ellas se definieron las tres que resultaron ganadoras.
En Casa de la Cultura de Rancagua se vivió la ceremonia del 1er Concurso Artes de la Visualidad Samuel Román, certamen cuyo retorno fue posible gracias al Alcalde Juan Ramón Godoy Muñoz, Presidente de la Corporación de la Cultura y las Artes de la Ilustre Municipalidad de Rancagua. El objetivo fue dar un merecido lugar a las artes visuales, como también a las y los creadores chilenos y sobre todo regionales.
Fueron más de 80 artistas los que postularon vía online, recibiéndose trabajos provenientes de norte a sur del país.
“Esta primera versión tuvo una excelente acogida entre los artistas regionales y nacionales, quienes quisieron ser parte de la re-edición del certamen. Es tremendamente significativo que podamos revivir y brindar estas instancias a los artistas visuales, para difundir y valorar su quehacer, como también el gran aporte que realizan a la cultura del país y de nuestra ciudad”, destacó el Alcalde Juan Ramón Godoy.
En la premiación del viernes 16 de diciembre se dieron a conocer los tres grandes ganadores del concurso. Este año se entregaron $3.5 millones en premios. Asimismo, la iniciativa convocó expertos nacionales y regionales para constituir su jurado.
El pintor Luis Gómez Valdebenito obtuvo el Premio “Incentivo de la Creación Local”, por el retrato al óleo “La Primavera”. Así, recibió $500 mil. Dicho reconocimiento fue especialmente concebido para residentes de Rancagua, con el fin de fomentar la producción de propuestas generadas dentro de la comuna.
“Se sintió la ausencia del concurso. Para mí es súper importante haber ganado, porque es un impulso para mi carrera. Vengo tres años pintando sin parar, entonces para mí es súper relevante obtener este reconocimiento”, afirmó el joven de la capital regional.
El Premio de Honor “Distinción Especial” fue otorgado al machalino Joaquín Hidalgo Soto, quien creó la obra “Amuleto”, una escultura en madera. “Hace rato esperaba que reviviera (el certamen), por lo que esto me da mucha esperanza y significa que algo estoy haciendo bien”. En sus palabras, su trabajo trata sobre “eso que llevamos oculto, independiente de si lo expresemos o no, pero que resguardamos y cuidamos”.
De Puchuncaví y con su pintura “Torre”, la artista Mara Santibáñez logró quedarse con el Premio de Honor “Artes Visuales”. De tal modo, recibió $2 millones. El lienzo aborda la contaminación visual causada por el exceso de antenas eléctricas, comunicacionales, así como también por diversos dispositivos que son instalados en el entorno y se convierten en verdaderas ‘estatuas’, cuyo futuro es incierto.
LOS JURADOS
Los ganadores de la convocatoria fueron definidos por una Comisión de Expertos, integrada por Rita Ferrer, ensayista, editora, curadora, docente y autora; Mariairis Flores Leiva, Magíster en Teoría e Historia del Arte, y curadora de Espacio218; Leonardo Soto Calquín, Doctorando en Historia y Artes, Master en Dibujo, artista visual y académico; Diego Argote, fotógrafe, artista visual seropositive y docente; y Clemencia González, Directora de Cultura, Patrimonio y Extensión de la Universidad de O’Higgins.
De acuerdo con el Presidente de la Comisión de Expertos, Leonardo Soto Calquín, la postulación online “dio una mayor operatividad al concurso y permitió llegar a un territorio mayor dentro de la cobertura nacional. Recibir más de 80 obras para esta primera versión, da cuenta de un muy buen trabajo de difusión (…) Si bien las propuestas no hablan directamente de eso, porque la obviedad tampoco es buena en el arte y se transforma en un pastiche, da indicios de las problemáticas en nuestros territorios. Desde ese punto de vista, hay una diversidad de voces, visiones y posturas ante la vida y la sociedad”.
Al respecto, la jurado Rita Ferrer complementa que las 23 obras seleccionadas “esconden una gran crítica social al acontecer, pero a la vez no son agresivas: con su propio lenguaje, relevan los complejos días que enfrentamos. De distinta manera y con diferentes estados de humor, pues algunas son muy paródicas, dan cuenta de los momentos complejos que vivimos en todo el planeta, pero específicamente en nuestros territorios”.
Sobre la importancia del certamen para las y los participantes, Mariairis Flores critica que “no existen tantos espacios de exhibición y ganarse la vida como artista siempre es difícil. Entonces una instancia así, que además entrega un reconocimiento económico, motiva la carrera y da un ingreso. Quienes son seleccionados también pueden participar en una exposición a incluir en su currículum, en cuanto exhiben en otros lugares como Rancagua, para quienes no son de la ciudad”.
El jurado Diego Argote agrega que la instancia da vitrina al quehacer de las artes visuales fuera de la Región Metropolitana. “Esta iniciativa renace después de un prolongado silencio, brotando obras sobre todo de parte de gente joven que tiene mucho qué decir. A quienes no fueron seleccionados (para la exposición o los premios), el mensaje es que sus trabajos también son relevantes y hay diferentes caminos y procesos. No deben desanimarse, la sugerencia es volver a mirar sus obras y preguntarse qué deben fortalecer. A quienes deseen postular a futuro, deben tener claro qué quieren decir, qué los moviliza, qué quieren manifestar al mundo y qué quieren decirle al territorio donde nos encontramos”.
Clemencia González Tugas, Directora de Cultura, Patrimonio y Extensión de la Universidad de O’Higgins, destaca que el concurso “reactivó un incentivo para el mundo de la cultura y las artes, sector muy perjudicado durante la pandemia”. Acerca de cómo escogieron los tres ganadores, responde que ellos alcanzaron “un equilibrio entre la técnica y el desarrollo conceptual”.