Page 2 - Diario Diciembre 1
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Página 2 - Jueves 1 de Diciembre de 2022
Del Elqui a Colchagua
La travesía de un niño,
polizón oculto en un poeta
Donde todo comienza.
En Varillar, donde su aula bajo el cielo abierto cumplir con la labor impues- prensible, palabras e ideas
cada mañana el sol afila las y azul, donde a pleno sol aún ta. Esperanza, sueños, ideas, activadoras de la potencial
crestas de los cerros y es- se distingue la luna. Por li- evolución, no son más que creatividad del Meriño ado-
panta el frío penetrante de bros tuvo los árboles, los pá- rebeldías susceptibles de ser lecente.
las noches del Elqui. Donde jaros, las piedras y el viento. castigadas. En ese contexto, Ya con la herra-
las cabritas, en polvoriento Por recreo los saltos y trave- como en una tragedia griega, mienta de la lectura y la in-
desfile, suben hacia la mon- suras de sus cabras entre las solo hay un camino posible: telectualidad ansiosa de sa-
taña en busca de la escasa peñas. Por lápiz y cuaderno, Morir haciendo lo mismo, beres, la huella escabrosa de
hierba y la sombra de chaña- una varita de espino y la el destino es inevitable. Sin la vida comenzó a alisarse, a
res, molles y algarrobos. En tierra. El único ramo impar- embargo, cuando se lleva un despejarse de sombras y nie-
un ranchito de tablas grises tido: “Hacerse a sí mismo, niño dormido dentro del ser, blas, a dirigirse hacia días
y calaminas oxidadas, afe- construirse, tallarse a golpes los sueños, ideas e inquie- nuevos, cada uno distinto,
rrado al cerro como quisco de martillo y cincel sobre la tudes, se adormecen con él plagados de retos y metas.
porfiado. Allí, en el imperio roca viva de la propia perso- y fermentan hasta hacerse Todo camino, en
del viento y la polvareda, de nalidad” energía potencial que, en el algún punto de su recorri-
la soledad compartida y las La no niñez de este momento propicio emanara do, tiene una bifurcación. amarillentas que entre mu- su zurrón de pastor.
palabras calladas, parieron pequeño hombre, fue un bu- profusamente, haciendo al La instancia decisiva. Don- chas cosas, contenía un poe- Sus aventureros
a Rigoberto. Lo parieron cle de tiempo, donde cada portador capaz de transfor- de el corazón, las ansias, ma del gran maestro Oscar pasos lo llevaron por varia-
a la aridez, a la pobreza de día es igual al anterior. Cruel mar mundos enteros. el miedo, la mente; todo, Castro: dos pueblos y paisajes. Cada
los pies descalzos, a la ropa iteración que condiciona la Rigoberto, cum- todo entra en debate para cual
remendada una y otra vez, vida. Días sin nombre, uno plía a cabalidad lo impues- responder a las preguntas: “La cabra suelta en el huerto complotando para que no
al mendrugo de pan añejo tras otro por siempre. No im- to. Mientras, sin saberlo, ¿Arriba o abajo?, ¿Izquier- andaba comiendo albahaca. desviara su sueño. Llegó a
arrebatado a las ratas. porta cuál fue pasado o cuál mantuvo abierta la mente da o derecha?, ¿Avanzar o Salamanca, al sur oeste de
Creció apurado presente… ¿y el día futuro?, curiosa e inquieta y el cora- retroceder?, ¿Rebelarse o Toronjil comió después la región de Coquimbo, bus-
por la vida, entre el fogón en no existe, no tiene cabida en zón fraguando sueños. Pe- someterse? Este punto fue y después tallos de malva. cando completar su educa-
tierra y la cama de cuero de la rutina de un pastorcito. De queños detalles del paisaje un hecho, casual o fortuito ción básica. Al no encontrar
cabra tirada en el piso. Sin nada sirve pensar cuando la no eran imperceptibles para para algunos, pero un signo Era blanca como un queso, vacantes su deseo se cum-
tiempo para juegos ni apa- vida se entrega al servicio de su mirada. La rutina no era y una llave dispuestos desde como la luna era blanca…” plió en el pueblo de Longo-
pachos maternos, el peque- un rebaño de cabras. tal, siempre había algo dis- siempre para Rigoberto. El Rigoberto encon- toma, región de Valparaíso.
ño hombre-niño, aprendió La infancia de Ri- tinto y singular. Y el pastor encuentro con la poesía. Un tró en esas líneas sus propios Y siguió su travesía y apren-
la textura de la huella que goberto, se auto confinó en de cabras, comprendía poco luminoso faro en medio de sentires, la ternura y la fres- dizaje cursando la carrera de
lo conducía a las cumbres, un rincón de su alma, en es- a poco la inmensidad del un páramo, una brújula con cura que había advertido en Técnico Agrícola en la loca-
arriando su rebaño de ca- pera del momento para ma- mundo. Su alma se elevaba un norte propio para él. La sus cabras y los lugares don- lidad de Hospital. De algu-
bras. Aprendió caminando nifestarse y realizarse. Entró cada noche y miraba a la dis- revelación de su identidad. de vivió sin poderlas desci- na forma las puertas que se
el silencio del alma, ese que en un tiempo de hibernación tancia los lejanos horizontes frar. En ese instante supo el abrían siempre fueron más
se adquiere del agreste pai- indefinida. de un mundo lejano y miste- Paso a relatar: camino que tomaría su vida. que las cerradas.
saje, de la tierra misma silen- riosamente atrayente. En un rincón de la Me imagino su Colchagua fue la
ciosa. El destino burlado. Solo un elegido casa de la abuela de Rigober- sonrisa estampada en su ros- tierra prometida, la Roma a
Alumno de tiempo Cuando se es la por la vida puede aprender a to, la poesía, picaronamente tro y la mirada emocionada la cual todos los caminos de
completo en la escuela del pieza menor del mecanis- leer por sí mismo, en las ho- ocultó una sorpresa para él, por la sorpresa. Porque no vida confluyeron. Chimba-
rigor del norte chico, tuvo mo de un reloj, solo se debe jas de diarios pegadas en las como cuando ocultamos solo descubrió la belleza del rongo el nido elegido y San
paredes del rancho, para evi- huevitos de pascua para los poema si no que encontró el Fernando el pan de amistad.
tar que se colara el frío por niños. Un regalo escondido motivo, que hasta el día de El niño polizón oculto, dejó
SANTORAL: FLORENCIA las rendijas de la madera. para ser encontrado. hoy, lo impulsa. su encierro y aprendió a co-
Las letras, hasta ahí solo sig- El niño dormido, despierta .- Colchagua en el corazón rrer por campos verdes y lla-
nos dibujados, comenzaron ante un libro de enseñanza nos de su nuevo hogar. Junto
U.F.: 34.817,58 U.T.M. Noviembre $60.853,00 a vibrar y ser sonido com- básica, de tapa roída y hojas al poeta hombre crearon la
V.I.P.C. Octubre 2022: 0,5 % .-Vamos, inténta- literatura más cariñosa y
lo.- dijo el Elqui, dándole dulce que se haya forjado en
un cariñoso empujoncito. este territorio.
-La vida te abre el camino y Para escribir poe-
también te pone los obstácu- sía para niños hay que ser un
los que los luchadores deben niño. Y estoy convencido
superar para terminar de que, en el caso de Rigoberto,
crecer y ser fuertes sin tran- el niño que no fue, es el que
sar los sueños. Llevas con- se realiza buscando imáge-
tigo las noches de millones nes y dibujando el mundo
de estrellas del norte, el azul percibido con la sencillez
profundo de su cielo y en la infantil. El hombre grande,
piel los multicolores cerros. el poeta lo complementa
La esperanza y el amor de tu con su agudeza e ingenio,
familia llevas, porque en ti logrando obras destinadas a
+56 976235496 ellos también triunfaran-. trascender. Y éste sí que es
Tal vez no exis- un destino inevitable.
tió este diálogo, pero es lo Tendremos Rigo-
que resonó en el pecho de berto Meriño para siempre.
nuestro poeta y lo alentó a En su obra, en su quehacer
Quechereguas 842 - San Fernando - Provincia de Colchagua
Distribución Región del Libertador Bernardo O’Higgins caminar. Animoso, alegre y inquieto, en su entrega des-
Teléfonos 72 271 17 43 • 72 271 28 58 joven, se fue sin saber cómo, interesada, en su amistad
si sabiendo a donde. Espe- verdadera y franca. Pues la
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Diario Regional impreso Convenio Marco 1102018 ranza al hombro, sonrisa en semilla cayó en la mejor tie-
ristre, corazón henchido y rra, sus Chimbarongo y San
+56 976235496 +56 958797032 una tortilla y un queso de Fernando, amados.
cabra junto a una muda de
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