Ha pasado más de un mes desde la finalización del torneo de segunda división 2024 y no por ello nos hemos mantenido ajenos a lo que viven los clubes de esa categoría, primero las especulaciones de posibles irregularidades en Deportes Melipilla con declaraciones y desmentidos públicos de los involucrados directos, es decir, Deportes Concepción y los ya mencionados “potros”.
Pero lo que ha causado mas repercusión es la unificación y declaración pública realizada por los clubes de la segunda hace un par de semanas en donde el petitorio se enmarcó en mejorar algunas condiciones administrativas manifestando su percepción de desventaja frente a las condiciones entregadas a los clubes de Primera A y B, principalmente haciendo hincapié en la cantidad de personas, entre jugadores y cuerpos técnicos que mantienen contrato con las distintas instituciones de la división y que subsisten gracias al trabajo que ella genera.
Sin embargo, se mantuvo una actitud pasiva por parte del directorio de Pablo Milad y no hubo respuesta a ninguna instancia del petitorio realizado, ni siquiera un llamado a conversar con los involucrados. Asimismo, desde Quilín anunciaron las fechas de inicio de los torneos 2025, donde destaca Copa Chile en la quincena de enero y el torneo de segunda para el fin de semana del 22 y 23 de febrero.
Ante esta información nuevamente los clubes de la división anunciaron, mediante declaración publica, que consideran que la programación entregada propondría “gastos inasumibles” para los clubes, una “exclusión sistemática” por parte de la ANFP al no ser considerada la opinión de los presidentes de Segunda en ninguna toma de decisiones en Quilín, entre otras demandas la declaración concluye con “medidas extremas de suspensión de la participación”, en lo que representa la medida más drástica de no participar, primeramente de Copa Chile, por considerar el adelantamiento de más de un mes en la programación 2025, esto significa, según el comunicado de los clubes que “mas 350 jugadores y 50 integrantes de cuerpos técnicos quedarán fuera de sus labores el próximo año, con consecuencias directas para sus familias”.
En este escenario, los clubes de la Segunda División amenazan con no participar de las competiciones 2025 debido a, como ellos expresan, “la inacción por parte de ANFP” con respecto a sus requerimientos mínimos para participar de una actividad que se dice “profesional”.
