Hoy 10 de diciembre se conmemoran 76 años de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Si hacemos memoria, el 2 de septiembre de 1945 finaliza la Segunda Guerra Mundial, visibilizando los horrores de una barbarie a la cual fueron sometidas una gran cantidad de seres humanos. En ese lamentable contexto, las naciones del mundo plantearon un marco de respeto que protegiera a la humanidad e imposibilitara la repetición de esas espantosas acciones. Una comisión de 18 miembros de diversas formaciones políticas, culturales y religiosas impulsó una metodología democrática que fue aprobada el 10 de diciembre de 1948 como un consenso global por la ONU para garantizar la dignidad humana, la libertad e igualdad de todas las personas y fijó un compromiso de los Estados de trabajar por hacer real su cumplimiento.
Los derechos humanos resguardan nuestra dignidad, estableciendo que cualquier escenario que atente en contra de ella, desconoce nuestro valor como personas. Los derechos humanos se caracterizan por su universalidad, que significa que son para todos y todas y que se aplican en todos los lugares y en todos los tiempos. De igual forma, son indivisibles e integrales no se les puede dividir, pues todos son importantes y cuidan la dignidad de las personas desde distintas áreas. Además, son inalienables, irrenunciables e imprescriptibles, es decir, no se pueden quitar ni ceder y nadie puede negarlos o limitarlos, a menos que exista una indicación en las leyes que examinen circunstancias excepcionales, asimismo no prescriben ni pierden su valor.
En efecto, los derechos humanos nos recuerdan que toda persona nace libre e igual en dignidad y en derechos, sin distinción alguna por color, raza, sexo, idioma, religión, origen nacional o social, por opinión política o posición económica. Por consiguiente, el desconocimiento de los mismos es lo que ha originado los actos más vejatorios en la historia de la humanidad. En este sentido, tratados y convenios se han establecido con el propósito de que los seres humanos reconozcan sus propios derechos, ratifiquen su dignidad como personas, se reconozca la igualdad entre hombres y mujeres, se motive el desarrollo social y el progreso de relaciones fraternales entre las naciones del mundo.
El contenido de los derechos humanos ya no se determina únicamente a través de apelaciones a la razón y a la ley natural. Andrew Claphan, abogado británico experto en Derechos Humanos, dice: “Estos textos tienen una cierta fuerza moral basada en el contexto de su adopción, y son legalmente relevantes porque son adoptados por los gobiernos”. Durante 2023, Chile bajó su calificación en el ranking de democracia del medio británico The Economist, siendo catalogado como una democracia defectuosa. En particular, el medio subraya las deficiencias en la participación ciudadana y en la cultura política. Chile se enfrenta a antiguos y conocidos desafíos en materia de derechos humanos por las brechas de garantías de los derechos sociales. De ahí, para que los derechos humanos realmente se consoliden, tendrán que ser plenamente comprendidos e interiorizados. Esto significa que se debe trabajar y dialogar para ampliar los horizontes de la protección de los derechos humanos y no imponerlos e instrumentalizarlos para otros fines con el riesgo que en futuro se consideren ajenos.
Por: Claudio Colombo Fuenzalida
Filósofo, Sociólogo y Teólogo
Docente de Formación e Identidad del IPCFT Santo Tomás
