Por: Romina Bustos Águila
Académica Obstetricia, Universidad Andrés Bello
El climaterio es una etapa fisiológica en la vida de toda mujer, marcando el fin de la menstruación y la capacidad reproductiva. Sin embargo, este proceso biológico viene acompañado de una serie de síntomas que pueden afectar la calidad de vida. Entre los más comunes se encuentran los sofocos o bochornos, la sudoración nocturna, los cambios de humor y la sequedad vaginal. Para muchas mujeres, estos síntomas son manejables, pero para otras, pueden ser debilitantes e incluso llegar a afectar su calidad de vida. Aquí es donde la terapia hormonal de la menopausia (THM) entra en juego como una opción de tratamiento para apalear los síntomas de esta etapa.
¿Qué dice la evidencia científica respecto a la THM? Diferentes estudios actualizados han demostrado que es efectiva en el alivio de los síntomas del climaterio. Según la North American Menopause Society (NAMS), la THM puede reducir significativamente los bochornos y la sudoración nocturna en más del 90% de las mujeres tratadas. Además, también ha mostrado beneficios en la prevención de la osteoporosis, protección cardiovascular y mejora de la función cognitiva.
La THM funciona al suplir los niveles disminuidos de estrógeno y progesterona, que el cuerpo ya no produce después de la menopausia. Esta puede ser administrada por diferentes vías, ya sea oral (sistémica) o local. Respecto a los tipos de THM, tenemos la estrogénica sola para pacientes histerectomizadas, la combinada (de estrógeno y progesterona) para aquellas con útero, la terapia de tibolona, fármaco sintético que imita la actividad del estrógeno, progesterona y andrógenos (buena opción para mujeres que no toleran bien las terapias tradicionales). Además, la terapia de estrógenos bioidénticos -compuestos naturales y estructuralmente idénticos a los estrógenos producidos por el cuerpo humano- los cuales pueden ser administrados de manera local, a través de geles o cremas. También existe el promestrieno, estrógeno derivado del estradiol que puede ser administrado como crema u óvulos vaginal, el cual está indicado para el tratamiento de alteraciones tróficas de la vulva y de la vagina, causados por la reducción o falta de estrógeno en el organismo.
Además de aliviar los síntomas vasomotores, la THM tiene beneficios tales como: mejora del patrón del sueño y mejoras en la salud ósea, vaginal, urinaria, cardiovascular y función cognitiva, siempre y cando esta sea administrada por vía oral y su acción sea a nivel sistémico. La terapia local solamente ayuda a aliviar los síntomas asociados a esa área del cuerpo, como, por ejemplo, promestrieno en crema para evitar la sequedad vaginal.
Es importante destacar que la THM sistémica no se recomienda para todas las usuarias. Aquellas que experimentan síntomas moderados a severos asociados y que no tienen contraindicaciones significativas, serían las candidatas ideales. Aquellas pacientes que presenten antecedentes de cáncer de mama, de endometrio, enfermedades cardiovasculares, tromboembolismo, pueden no ser candidatas adecuadas. Por esta razón, el manejo requiere un abordaje integral, evaluando cuidadosamente los riesgos y beneficios individuales de cada mujer. La elección de la terapia debe ser un proceso de toma de decisiones compartida entre la mujer y su matrona/ón o médico, considerando sus preferencias y necesidades específicas
Es fundamental que las usuarias acudan a sus controles anuales con matrona y médico. Las matronas juegan un papel crucial en la salud de la mujer, especialmente durante el climaterio y la menopausia. El visitar a la matrona anualmente permite un monitoreo adecuado de la salud, la identificación temprana de cualquier problema y la actualización de las opciones de tratamiento.
La calidad de vida de las usuarias climatéricas se ve afectada en muchas ocasiones debido a los diferentes síntomas vasomotores que presentan durante este proceso. En aquellos casos, la THM es un recurso invaluable para mejorar este aspecto. Sin embargo, como cualquier tratamiento, debe ser cuidadosamente considerado y monitoreado. La clave es una comunicación abierta y continua con la matrona, quien puede guiar a cada mujer en su viaje hacia una menopausia más saludable y cómoda. Recordemos que cada mujer es única y merece un enfoque personalizado en su cuidado de salud, en donde puedan explorar las opciones disponibles para vivir esta etapa con bienestar y plenitud.