Conmoción mundial ha provocado el sensible fallecimiento del Papa Francisco, quien dejó de existir ayer a la edad de 88 años producto de una prolongada enfermedad. Su partida ha causado una gran tristeza en los fieles católicos de los diferentes países, quienes recuerdan con mucho afecto su gran cercanía con la gente, como también el mensaje que siempre lo caracterizó de paz, justicia social y solidaridad, especialmente con los más vulnerables y necesitados.
Jorge Mario Bergoglio de nacionalidad argentina, fue elegido como jefe de la iglesia católica en marzo de 2013, luego que su antecesor Benedicto XVI renunciara al papado.
A primera hora de ayer el Obispo de Rancagua, Monseñor Guillermo Vera Soto se refirió al sensible fallecimiento del Sumo Pontífice. “Hermanos y hermanas, en la alegría de la Pascua, del triunfo de Jesús sobre la muerte, el Papa Francisco ha sido llamado a la Casa del Padre”, expresó el religioso, invitando a la comunidad diocesana a unirse en oración confiada en el poder de la resurrección.
Monseñor Vera destacó la figura del Santo Padre como un reflejo del rostro tierno y misericordioso de Dios: “Que el Buen Pastor resucitado acoja a su Vicario, que aquí en la tierra se esforzó por mostrar su rostro de ternura y misericordia, recordándonos siempre su amor”.
El obispo llamó a las comunidades parroquiales y a cada fiel a orar por el eterno descanso del Papa Francisco, tanto en sus celebraciones comunitarias como en la oración personal.
A las 19 horas de ayer, Monseñor Guillermo Vera celebró la Santa Misa en la Parroquia San Francisco de Asís de Rancagua, donde agradeció junto a los fieles por la vida y el ministerio del Papa Francisco, y lo encomendó al descanso en el Señor”.