- Según un estudio realizado por Déficit Cero y el Centro de Políticas Públicas de la U. Católica, la edad promedio de quienes viven en casas con daños irreparables es de 58 años, ocho años mayor al promedio nacional.
- Los jefes y jefas de hogar tienen, en promedio, 3 años menos de escolaridad si se compara con la media nacional.
En la Región de O’Higgins hay más de 17.423 familias que hoy no pueden acceder a una vivienda adecuada, de ellas el 9,2% vive en casas con daños irreparables, 50,5% viven allegadas y 16,6 están hacinadas.
Esto de acuerdo al estudio “Análisis Territorial del Déficit Habitacional”, realizado por Déficit Cero y el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica que da luz a datos más detallados sobre la falta de vivienda en todas las regiones del país.
Trinidad Vidal, directora de incidencia de Déficit Cero señala que en la región se dan ciertas particularidades que llaman la atención. La primera, es que es la zona donde la edad promedio de los jefes de hogar que habitan en viviendas Irrecuperables llega a los 58 años, ocho años mayor al promedio nacional, lo que señala que la mayoría de las personas que viven en esta situación son mayores. En los hogares hacinados y allegados el promedio alcanza los 32 años, cinco años menor a la media del país.
Por otro lado, los jefes de hogar de las familias que viven en Viviendas Irrecuperables cuentan con la menor escolaridad promedio del país -3 años menos que la media nacional- “Esto equivale a una formación de enseñanza básica”.
Para Vidal, esto da cuenta de que las familias que no acceden a una vivienda adecuada tienen distintas características, “Por lo que es necesario que al momento de pensar en soluciones habitacionales, se vea la particularidad de cada región y que los distintos actores, como municipios, gobierno regional, organizaciones y empresas privadas, trabajen coordinadamente para responder a las distintas necesidades que existen”.
Campamentos
De acuerdo al catastro de campamentos de TECHO-CHILE, en la región hay 36 campamentos que albergan 900 familias, dentro de las que se cuentan 762 niños, niñas y adolescentes. De ellas, 44 familias son migrantes. Vidal indicó que es necesario que se piense en soluciones adecuadas, pensando en que la mayoría de los asentamientos no cuentan con alcantarillado ni servicios básicos formales.
Paz Zúñiga, coordinadora de investigaciones territoriales de Techo-Chile, señaló que “Hay que considerar las dificultades que atraviesan las personas que viven en precariedad habitacional en cualquier parte del país. Por eso, recalcamos que las soluciones habitacionales deben ser pertinentes a las necesidades particulares de las familias y los territorios."
Por otro lado, Claudio Nitsche, vicepresidente de la Cámara Chilena de la Construcción indicó respecto a la crisis habitacional que “No podemos perder el foco de que afecta a todas las regiones, son casi 650 mil soluciones habitacionales las que se necesitan y se necesitan en un plazo razonable. Es por esto, que esta maratónica tarea no puede realizarse solamente por un organismo: Estado, el mundo privado y las instituciones y sociedad civil debemos trabajar coordinados para cumplir el compromiso de encontrar los mecanismos y los medios que permitan proponer una política habitacional que perdure en el tiempo y, sobre todo, que permita lograr el desafío de terminar con esta urgente falta de viviendas que enfrenta el país. En resumen, tiene que convertirse en una política de Estado y no en un programa de gobierno”.
Dominique Keim, coordinadora de Investigación Aplicada del Centro de Políticas Públicas UC sostuvo que a raíz de que el déficit no se distribuye ni compone de forma homogénea en el país ni en las regiones “Estos datos muestran también que existe una alta heterogeneidad en las características de las familias que requieren una vivienda, lo que implica que para abordar de manera correcta este problema se necesita conocer información detallada, que conduzca a diseñar respuestas pertinentes al territorio. A su vez, hay comunas y zonas específicas que concentran un alto déficit habitacional; saber dónde están esos requerimientos es fundamental para orientar los esfuerzos".
